domingo, 15 de septiembre de 2024

Oratores, bellatores y labratores

Una antigua teoría medieval si no me equivoco, postulaba que la sociedad se dividía en tres estamentos, los oratores, los bellatores y los labratores. Y estos estamentos responden a distintas vocaciones y tendencias del hombre, hay algunos entre los que me incluyo, que están llamados y tienen esa vocación especial de lo académico e intelectual, y se incluye obviamente en este segmento al clero y estamento religioso formal. Por definición, son oratores. Ellos guían o deben guiar la sociedad, en la concepción platónica, hacia la idea de Bien. El Derecho, la Filosofía, la Teología, el Arte, son clásicas disciplinas propias de los Oratores. Es la Universidad medieval clásica. Este segmento académico y religioso tiene serios deberes con la sociedad, de enseñarle y guiarla hacia la Verdad, proclamar y defender el Bien y la Justicia. Hay quienes desde pequeños hemos tenido una vocación intelectual, y es un don que Dios da y debemos desarrollarlo al máximo. De todos modos, en un orden natural debe primar el estamento de los Oratores y por eso su corrupción es lo más grave, corruptio optima pesima...Eso pasó en la Edad Media al final. 

Otros son los Bellatores, los guerreros, el estamento que incluye obviamente a los militares, caballeros y además todos aquellos que de una u otra manera están en la línea del frente de combate en cualquier cosa, no necesariamente algo militar. Yo no tengo nada pero nada que ver con este estamento, nunca he sido bueno en la actividad física y no me interesa serlo tampoco, es el alma irascible de Platón hecho estamento básicamente. Debe estar sometido al poder del clero y académicos, para defender causas justas y verdaderas, poner la espada al servicio de Dios y el bien común. Noble vocación que requiere mucha fuerza física y no menos disciplina. Cuando predomina el estamento militar sobre los Oratores, pasa a ser una sociedad demasiado belicosa y con un exceso de testosterona desordenada, es el matón, el violento, el rufián, el soldado brutal, ese fue un defecto de la antigua Prusia por ejemplo.  Igual es muy preferible al predominio del tercer estamento, de que ahora hablaré.

El último estamento, los Labratores, en la cosmovisión platónica el alma concupiscible, son los trabajadores y comerciantes, la mano de obra técnica y manual, la razón instrumental dedicada a obtener fines prácticos. Es la ciencia y tecnología, la ingeniería, la matemática aplicada. Nuevamente, tengo muy poco o casi nada de esta habilidad, soy muy poco práctico, especialmente en manualidades. Este estamento al estar más alejado de la idea de Bien, tiende a corromperse más fácilmente pero su corrupción es menos grave que la de los Oratores, porque en un recto orden natural no son los dirigentes de la sociedad. 

Y la sociedad contemporánea es tan horrenda porque este estamento, del que emanó la burguesía liberal, es el estamento rector. Es el predominio de la técnica que a Heidegger asustaba en sus consecuencias, la razón instrumental en su forma pura, orientada a fines prácticos y a menudo materiales. Los Labratores deben orientar sus destrezas y habilidades hacia fines que respeten la jerarquía del orden natural y cristiano, así fue durante la Edad Media, los artesanos y comerciantes agrupados en gremios produjeron obras de infinito valor espiritual como las mismas catedrales y hermosas ciudades medievales que permanecen por siglos. En la modernidad este estamento se ha transformado en la burguesía nefasta que ha dirigido todo el proceso de modernización y secularización. En su forma más cruda, el marxismo materialista, es el poder de los trabajadores y proletarios sin espíritu ni alma ni idea de Bien alguna.  El liberalismo burgués primero y luego el marxismo proletario, es el alma concupiscible destronando lo superior y por eso el marxismo puede ser tan brutal y el liberalismo tan corruptor.


Sobre la doctrina católica, la ley natural y los derechos humanos

Los derechos humanos no tienen nada que ver con el Derecho Natural Clásico, a lo más son una perversión total del mismo, pero actúan como un sucedáneo laico y secularizado de dicha idea que sobre el derecho positivo existe un "algo superior" que es normativo. El neoconstitucionalismo ha usado y abusado de dicha idea, pero en lugar de reconocer un derecho natural de raíz aristotélico-tomista, o incluso iusracionalista, solo ha contribuido a fortalecer el paradigma neo-positivista en torno a la Constitución, entendida ya no al modo Kelseniano como pirámide normativa sino como "norma fundamental sustancial" de la que emanan los principios del ordenamiento jurídico. Al final siempre es lo mismo, reducción de todo el Derecho a la Ley y la Facultad(derecho subjetivo de individuo). Individualismo y formalismo jurídico a fin de cuentas. 

Los juristas católicos que intentan compatibilizar los modernos derechos humanos nacidos del derecho natural racionalista y las Revoluciones liberales, y especialmente la carta de Naciones Unidas de 1948, son un círculo cuadrado que hace caso omiso de la contraposición de fundamentos básicos entre ambas concepciones. El Derecho Natural Clásico no establece un catálogo de derechos subjetivos sino un imperativo de ley moral natural que obliga a toda persona e institución, a lo más como proponía Vallet de Goytisolo, "principios ético-jurídicos" que se pueden cristalizar en leyes e incluso un catálogo de derechos fundamentales pero que se entienden como concreciones de la ley moral natural. Esa última postura me parece muy discutible pero quizás es práctica dado lo imposible de suprimir la técnica moderna del Derecho Subjetivo. 

De todos modos, los DDHH modernos siempre funcionan como una moral laica santurrona con la que Occidente impone su paradigma progresista sobre el resto del mundo y contra quienes no aceptan el modelo progresista de ser humano atomizado y "liberado". Por eso es tan pernicioso para la Iglesia sumarse al moderno discurso de los DDHH. 

Que en el pensamiento católico recto, no exista un concepto de derechos humanos moderno, NO significa que se menosprecie al ser humano. Más bien, se respeta mucho al ser humano en su justo orden divino y teologal. Porque los modernos derechos humanos suponen una antropología en que el ser humano es medida y razón de todas las cosas, y eso es inaceptable para un cristiano, es una idea luciferina que está ya en los sofistas griegos y luego pasa al Humanismo y la Ilustración. La ley moral natural exige un fuerte respeto a la dignidad de la persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios, se manifiesta en los 10 mandamientos. 

Pero la idea de crear un paraíso terrenal sin maldad ni injusticia ni miseria, elemento clave de progresismo revolucionario, es un sinsentido que lleva a las peores tragedias como el comunismo o el actual globalismo. En este mundo, ni el catálogo más estricto de derechos humanos protectores de la persona va a impedir que el ser humano, que tiende a ser lobo para el hombre("tiende", no que "sea") actúe de modo inicuo e injusto contra el prójimo. Ni en los mejores tiempos de la Cristiandad medieval se pudo, menos con una sociedad tan secularizada. Mucho menos bajo utopías revolucionarias neo-gnósticas como Vogelin entendió.

Notas sobre el conservadurismo germano

 El pensamiento alemán de fines del siglo XIX y de entreguerras NO nazista sino "conservador"(en el mundo germánico, el conservadurismo no es liberal por regla general, sino filo tradicionalista), tan bien representado por Müller van der Bruck, Carl Schmitt, la facción católica de la Konservative Revolution, sectores del Zentrum, es clave para elaborar una propuesta de derecha iliberal para el siglo XXI. Vieron la crisis civilizatoria con una angustia y pesimismo incluso apocalípticos, la necesidad de un Katejon que detenga el caos y la anarquía de la Modernidad, la necesidad de una Europa fiel a su historia cristiana, una brillante crítica al capitalismo liberal moderno, nostalgia por los gremios medievales(retorno gremial), un concepto en algunos autores de un "socialismo de cátedra","socialismo conservador" muy interesante, un brillante sentido de moral aristocrática. 

Había incluso "socialismo de derecha" en esa Alemania. El corporativismo tuvo algunos de sus mejores desarrollos en alemán. Todo basado en los conceptos telúricos, de la tierra, el terruño, las raíces, el arraigo. Todo un mundo que se vino abajo en 1945, gracias al infame cabo psicopáta que echó abajo a la ruina a Alemania. Von Stauffenberg representó ese mundo de la nobleza militar alemana en oposición de derecha al Führer. La CDU de Adenauer tomó los elementos más aceptables para el dogma demoliberal impuesto por los aliados y rechazó los elementos más "reaccionarios" de dicho pensamiento.  

Pero el anti germanismo francófilo de algunos tradicionalistas jamás lo entenderé y mucho menos lo apoyaré. Alemania es mucho más que Lutero, reducir todo a Lutero es un error. Sí hay una Alemania protestante sumamente nefasta que se nutre de la herencia luterana pero hay mucho más que eso, incluso dentro de dicha Prusia luterana hay cosas que rescatar.

Notas sobre la usura

 Algunas de las objeciones que se han recibido contra la doctrina católica en materia de interés y usura, se resuelven acudiendo a la doctrina de los justos títulos extrínsecos al préstamo de dinero, títulos tales como el daño emergente y según algunos autores escolásticos, el lucro cesante próximo en ciertos casos. Pero otros títulos eran muy discutidos y generalmente rechazados como el peligro de la suerte(periculum sortis) o incluso la mora. No había unanimidad en la doctrina escolástica de los justos títulos pero lo más aceptado era el daño emergente y ciertos casos de lucro cesante en la neo escolástica española más bien. 

El problema es que en la economía contemporánea no estamos en una situación de transacciones e intercambios individuales sino muy masivos y casi automáticos, es el predominio absoluto de la técnica y una tiranía. No parece una solución razonable en lo posible, aplicar en toda su radicalidad la doctrina católica del interés ni siquiera con la atenuación de los justos títulos porque cuesta mucho saber si estamos en presencia o no de justos títulos. Por eso algunos autores afirman que en la economía contemporánea se presumen los justos títulos en general, salvo el interés excesivo, porque siempre habrán oportunidades de inversión y negocios, es decir, coste de oportunidad. 

La solución que propongo es limitar profundamente el mercado de capitales que no es sino un eufemismo para la especulación financiera más absoluta e injusta y volver en parte a la situación anterior al auge del mercado de capitales al amparo del desgraciado neoliberalismo de 1980. En ese capitalismo moderado el mercado de capitales estaba mucho más moderado y restringido, se distinguían bancos de inversión y bancos de consumo, y habían más restricciones a la usura que los malditos economistas de Chicago destruyeron porque "obstaculizaban el mercado". No es lo ideal pero se asemeja a la tolerancia que la Iglesia tuvo con la esclavitud en los primeros siglos de la Iglesia. Si ni siquiera en la plenitud de la Edad de la Fe se pudo desterrar del todo el mal de la usura, mucho menos ahora en una sociedad apóstata. La economía contemporánea está en tal grado de degeneración y perversidad, gracias a la absolutización que de ella hizo la generación de necios economistas de 1980-1990 y no se puede retomar un orden natural ideal en la economía de modo razonable sin causar más daño.

La solución del Derecho Romano tardío, compilado por Justiniano e influido por el cristianismo, consistió en limitar el cobro de intereses, en general en torno al 6%, pero sin anatocismo hasta donde tengo entendido, a diferencia del Chile actual. A veces he llegado a pensar que fue más práctica que la del Derecho Canónico, porque prohibía la usura a los cristianos pero los judíos se transformaron en un poder financiero absoluto y con las consecuencias negativas que de eso se siguió. Aparte que la propia Iglesia ya renacentista estaba demasiado cercana a banqueros como los Medici, que no tengo idea como podían exculparse del pecado de usura ante Dios.

Sobre la derecha española, el corporativismo y el franquismo

La derecha española entre 1898-1936 y en especial durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera y la II República, la CEDA, Acción Española, etc., tenían y tienen un interesantísimo contenido doctrinal que merece más atención por parte del tradicionalismo y nos pueden ofrecer pistas interesantes para la situación de hoy. Eduardo Aunós como ministro del Trabajo de Primo de Rivera hizo un brillante trabajo para un régimen corporativo, mucho mejor que lo diseñado por  Franco y su influencia tan estatista falangista posteriormente. Se le ha olvidado injustamente pero fue brillante y muy real su proyecto corporativista, influido por el catolicismo social, el tradicionalismo, el regeneracionismo y el krausismo.

Por su parte, en cuanto a la CEDA, a veces se le crítica demasiado duramente por parte del tradicionalismo pero su ideario era muy decente, católico, corporativista, antiliberal incluso, aunque aceptaba la legalidad republicana como un mal menor y desde allí pretendía restaurar el derecho público cristiano en todo lo que fuera posible. Esa opción era lícita y no merece ser descalificada sin más. El contexto cambió en 1936 con la radicalización de la izquierda y el Frente Popular y allí la alternativa de un Alzamiento contra la II República se volvió muy real y necesaria, ante los gravísimos atropellos rojos del Frente Popular y la sovietización de España. Acción Española por su parte hizo un BRILLANTE trabajo doctrinal de elaboración de un tradicionalismo actualizado, con influencias carlistas y alfonsinas tradicionalistas, profundamente antiliberal y corporativista, para una España católica fuerte, unida y con justicia social. Que estupidez la de hoy de imitar toda la tontería anglofila liberal conservadora o libertaria teniendo tanta riqueza en la derecha española histórica. Era una derecha comprometida con la justicia social, la lucha contra el capitalismo liberal, la usura, en defensa de la primacía de la religión católica, el principio de autoridad, el orden, la Tradición. Nada que ver con la porquería liberal americanizada. Es muy frustrante estudiar como el franquismo perdió tantas oportunidades históricas para establecer una verdadera democracia orgánica corporativa. Había una mezcla extraña de tendencias tradicionalistas, falangistas fascistizadas y hasta cierta democracia cristiana. No es que el corporativismo fuera inexistente en la España franquista, sino que estaba supeditado al Estado, era un corporativismo más bien de Estado y fuertemente limitado por la organización sindical vertical falangista y el principio autocrático de Franco. La tríada "familia, municipio y sindicato" además es errada, omite las Regiones y los Fueros y es en extremo centralista. 

Pero sí hubo en teoría representación orgánica en las Cortes, aunque SIN mandato imperativo propio del régimen corporativo y con una sobre representación del poder sindical falangista, controlado por el mismo Estado. Y así se llegó al triste epílogo de Franco, la traición de Juan Carlos y la Constitución de 1978. El corporativismo a diferencia de Portugal no tenía enraizamiento orgánico sino que era un híbrido extraño nunca terminado del todo de desarrollar. 

Los años 40 fueron una década perdida en todo sentido, puro estatismo cuasi totalitario, fascistizado total, muy ajeno al corporativismo tradicional. Pienso que se necesita Estado en la modernidad pero no un Estado al modo de los falangistas sino un Estado corporativo real, con organicismo social que limite el poder absoluto del Estado. Al franquismo se le pueden criticar muchas cosas pero es injusto criticarlo por los avances sociales y la protección social que ya uno quisiera en esta era, que permitía mantener familias católicas con dignidad. Habría sido mejor que fuera más corporativo que estatista sin dudas. Los mayores logros del franquismo fueron la protección social y aplicación de la doctrina social de la Iglesia. Había representación orgánica pero mediada por el principio autocrático de Estado. En cambio en lo ideológico político fue un fiasco, sin contenido doctrinal serio. 

Pero acusar que atacaba la subsidiariedad me parece una crítica incluso filo liberal al franquismo, acá en Chile se ha abusado de la subsidiariedad para defender políticas económicas y sociales ultra liberales. Sí entiendo la sociedad orgánica y todo eso pero era inviable en 1960. Guste o no las sociedades modernas son de masas ; aplicar un corporativismo puro de sociedad sin Estado es inviable por eso las fórmulas mixtas de corporativismo entre Estado y sociedad o de neocorporatismo son más exitosas para aplicar la idea de sociedad orgánica en el siglo XX. Pudo ser mejor el corporativismo y organicismo franquista, sin duda, con menos burocracia y peso del Estado, con representación orgánica más pura y competencias de los cuerpos intermedios, con un régimen foral quizás, incluso. Pero replicar el modelo puro de organicismo, inviable. Y entre la inexistencia de servicios sociales y protección social y laboral y la existencia de estos, siempre es preferible que existan y que la economía sea mixta como lo fue en el franquismo. E igual se requerirá Estado, no se puede soslayar el problema del Estado en la modernidad, es necesario, incluso inevitable en el realismo político. 

Pretender restaurar todo el orden pre moderno es imposible en una sociedad de masas. La derecha española ya del tardofranquismo, cometió un gigantesco suicidio. En los años 40, 50 e incluso 60 tenía una altísima densidad intelectual, para que decir de la derecha de la era de la II República con Acción Española, eso era verdadera "Batalla cultural", no la tontera libertaria de hoy. Eran maestros de doctrinas tradicionalistas y conservadoras "no liberales", organicismo social corporativista, principio de autoridad y orden, libertad cristiana, justicia social, ideas monárquicas, etc. Pero la tecnocracia y el europeísmo hicieron lo suyo y la derecha española se volvió una mierda de derechita economicista tecnocrática post franquista reflejada por Fraga y Alianza Popular, sin ningún contenido real, puro conservadurismo liberal burgués, en extremo americanista y atlantista. Y dejaron atrás, en el olvido a legiones de pensadores brillantes del corporativismo y la Monarquía católica, no solo carlistas(aunque fueron los más brillantes). Bibliotecas enteras de estos temas se escribieron durante el franquismo y todo quedó en nada, olvidado y dejado de lado por la escoria de Juan Carlos de Borbón, Fraga y los traicioneros tardofranquistas que hicieron la Transición. 

En materia de corporativismo económico, las experiencias corporativas del siglo XX tendieron a ser más pro Estado, lo que no considero intrínsecamente malo pero sí que puede tener ciertos problemas. En efecto, la España franquista de los años 40, el primer franquismo, fue en exceso estatista, demasiado, por influencia falangista, incluso "fascistizada", no fascista pero sí fascistizada, y se aplicó un riguroso corporativismo de Estado sin auténtica representación orgánica, sino mediante el sindicato vertical. No funcionó por el exceso de estatismo y burocracia. Fueron años muy duros, además hubo un bloqueo terrible de los vencedores de 1945 y las consecuencias de la guerra civil que destruyeron la economía. Pero ya en los 50 y más en los 60(muy exitosos en lo económico), se abrió levemente la economía, sin dejar lo sustancial del proteccionismo y un semi corporativismo de Estado mediante el sindicato vertical, ya no tan corporativo pero sí muy eficaz. Se aplicó muy bien la doctrina social de la Iglesia y se hicieron cosas magníficas en lo social y económico, demostrando la viabilidad de una alternativa social católica. 

En Portugal en cambio, el corporativismo fue más real y menos estatista pero igual en la dirección económica el Estado jugó un papel muy importante en los años 30 y 40 y no fue tan beneficioso ese punto para el crecimiento económico pero sí dio estabilidad y orden. Sin dejar el corporativismo, en los 50 y 60 se abrió levemente la economía y los resultados fueron muy buenos, muy buenos, similares a lo sucedido en España, con importantes políticas de inspiración social cristiana. 

Eso demuestra que el corporativismo tan estatista no funciona bien pero sin dejar un corporativismo incluso sustentado en el Estado, se puede alcanzar un óptimo resultado abriendo moderada y prudentemente la economía, en lugar de la autarquía pura, una prudente apertura al mercado sin dejar la protección social y la dirección estatal económica en lo general. Ese resultado es el óptimo para el corporativismo social y económico. 

El corporativismo no tiene como fin primario ser un país en extremo rico ni acelerar el comercio, sino PROTEGER FORMAS DE VIDA TRADICIONALES Y ORGÁNICAS DE LA COMUNIDAD, es proteger la sociedad de la vorágine capitalista liberal, algo que ningún liberal entenderá y desarrollar prudentemente la economía sin que esta termine fagocitando a la sociedad. Pero eso para los liberales es "ineficiencia". En Austria en cambio el corporativismo duró muy poco por la invasión hitleriana para tener resultados concretos determinables, lo mismo en la Francia de Vichy, que apenas tuvo aplicación práctica y quedó todo dependiente de la ocupación alemana. 

En la Italia fascista el corporativismo de Estado, completamente estatista, tuvo sus éxitos pero dudo que se hubiera proyectado demasiado más, la guerra los hizo fracasar, era un corporativismo básicamente usado como medio de planificación económica estatal y no de auto regulación de la economía por los interesados, porque los órganos corporativos todos eran sucursales del Estado. Pero no se puede decir que haya sido un fracaso la experiencia corporativa italiana incluso fascista.

En la Alemania hitleriana el "corporativismo" sí que era una fachada del más craso estatismo totalitario, y las políticas económicas tuvieron éxitos en acabar con la crisis y el desempleo en tiempo record, promover un masivo rearme y campaña bélica y en parte en luchar contra la usura pero todo a costa de un masivo totalitarismo insano y nada cristiano. 

Otras políticas semi corporativas han sido exitosas como en la Alemania de Adenauer mediante la cogestión y representación sindical mixta, algo que en Chile llamarían "socialismo"los Kaiser y cia, o en la Francia de De Gaulle con cierta descentralización y políticas económicas mixtas negociadas con sindicatos, incluso en Suecia políticas parecidas se aplicaron, a esto se le denomina "Neo corporativismo" o "Neo corporatism", que no deja de tener interés para el presente. Es una economía mixta, altamente sindicalizada, con intervención económica del Estado y mesas tripartitas de negociación entre los propietarios, los trabajadores sindicalizados y el Estado. 

Quizás hoy no es viable un régimen corporativo como lo era hace 100 años atrás, pero sí son viables formas de neo corporativismo o neo corporatismo como algunos lo llaman, y esas políticas y formas de organización social deben ser estudiadas seriamente. Consejos Económicos y Sociales son una buena forma de avanzar hacia un neo corporativismo, con representación orgánica y funciones consultivas, participando de grandes acuerdos y negociaciones político-sociales. De alguna manera en países europeos como Suecia o Alemania hay algo de eso aún, pero debilitado tras el neoliberalismo de los 90 y 2000 y el progresismo postmoderno y la ideología de la "sociedad civil" progre que disuelve toda identidad en conflictos y fragmentación. 

El tradicionalismo como alternativa metapolítica debe estudiar esto. Si bien el tradicionalismo político (especialmente el carlismo español), es la más perfecta y hermosa fórmula doctrinal de los tiempos modernos, y la más acorde al catolicismo político, no es la única legítima para un católico, cierta democracia cristiana conservadora(y autoritaria) o el conservadurismo social cristiano, incluso el nacionalismo católico, pueden ser válidos. Nunca lo será la fórmula católica liberal, sea en su versión francesa "iluminista" o la versión más difundida hoy en la "Nueva Derecha", la del catolicismo whig anglosajón, "libertario", porque las premisas del liberalismo suponen la negación de todos y cada uno de los principios jurídico políticos, antropológicos y filosóficos del catolicismo. 

En todo caso, y esto es lo central de mi mensaje, la validez de las formas políticas es meramente contingente, accidental y sobre todo prudencial. Pensar en unas formas políticas ideales aplicables en todo tiempo y lugar es una desviación bastante común en el carlismo y eso es ideología, ideologizar algo que es contingente y prudencial ,transformado en universal y necesario. Olvidan la naturaleza del razonamiento práctico según lo enseñado por Santo Tomás y caemos en la modernidad y sus ideologías, es la misma forma de pensar que tienen los juristas y filósofos del derecho natural racionalista, y absolutizan lo que puede ser muy bueno en principio, pero bajo cierto contexto, olvidando que la política es ante todo el arte de lo posible dirigido en torno al bien común y haciendo de la política el arte de lo imposible y aun utópico. El bien común se resiente de las utopías, por más tradicionalista que sea y acorde al orden natural, no es la razón especulativa la que opera en la política, sino la razón práctica.

Normalmente lo que funciona es un cierto eclecticismo como el de Oliveira Salazar, Franco o Dollfuss. Las fórmulas ideales no existen en la realidad concreta, porque es mudable y contingente. El carlismo lamentablemente no quiere entender esto y se encierra demasiado, el caso más típico fue la obstinada oposición a colaborar con Franco en lo que era legítimo incluso. La actitud que debemos celebrar es la del Conde de Rodezno o Víctor Pradera más que la de Fal Conde. La aplicación rígida y muy dogmática de principios políticos y doctrinales es al final ideología. El tan denostado "accidentalismo" al final es la correcta y certera comprensión de lo político como arte dirigido al bien común utilizando los medios posibles. Esa es la razón por la cual soy tan pro Rusia y Putin, porque comprendí que es el mayor bien posible en la actualidad dado que no hay posibilidad alguna de restauraciones monárquicas tradicionalistas en Occidente y sin que Putin mismo sea un tradicionalista(no lo es)sino un conservador iliberal, autoritario, ruso clásico. 

Es preferible el bien posible al bien perfecto, la naturaleza prudencial de lo político transforma al bien perfecto cuando se intenta su rígida aplicación incluso en un mal. Eso habría pasado de aplicar rígidamente el corporativismo puro propuesto por el carlismo y al tratar de desmantelar el Estado para restaurar la comunidad política natural. Pudo ser mejor y mucho mejor la aplicación de las ideas corporativas por Franco, sin duda, que hubieron errores y excesos estatistas, no lo niego, pero de ahí a condenar hasta la Seguridad Social por invocar el "principio de subsidiariedad" me parece ideológico y utópico, no comprenden que la sociedad de masas llegó para quedarse y el Estado fuerte es la defensa contra los abusos del capitalismo. El Estado de bienestar no es el ideal cristiano, el ideal cristiano es el Estado corporativo cristiano, el solidarismo cristiano, el comunitarismo cristiano. 

Pero creo que ante la imposibilidad de aplicar íntegramente el catolicismo político, es legítimo defenderlo como bien posible. Después de todo, he llegado a la conclusión de que el posibilismo es la única forma prudente de promover la filosofía política para un tradicionalista que no quiera ser pieza de museo, como es mi caso. El Estado Social o de bienestar presupone una filosofía ajena a la doctrina católica y en algunos puntos hasta contradictoria, pero menos grave y radical su ruptura que el Estado liberal o neoliberal tipo Thatcher, Reagan ,Friedman, Hayek etc. Esa filosofía individualista y radicalmente nominalista, brutalmente capitalista ,es la más absoluta destrucción de la sociedad no solo cristiana sino mínimamente humana y decente. Es mucho más destructivo para la vida social, el ideal neoliberal de Thatcher que el Estado intervencionista de Francia o Alemania hacia 1970, porque el neoliberalismo presupone el atomismo social absoluto. 

El Estado Social presupone un comunitarismo forzado artificial pero de todos modos, reconoce la existencia de lo comunitario, mientras que los neoliberales la niegan de plano y lo reducen a la mera conciencia subjetiva. De ahí que el neoliberalismo sea el mejor terreno propicio para fomentar todas las porquerías de la sociedad contemporánea, el progresismo, etc. El Estado de bienestar puede y debe ser encauzado hacia una filosofía conservadora y cristiana, corregido de sus excesos intervencionistas y defendido frente a los neoliberales. Referentes aquí son Franco, Salazar, De Gaulle, Adenauer, los blue labour y los red tories, los demócratas conservadores de la era Roosevelt, y hoy en día, con matices, Orban, Putin y Duda. Finalmente, y en síntesis, un Estado de bienestar que respete la subsidiariedad es el ideal corregido del Estado social, porque tampoco es sano un Estado en extremo invasivo de toda la sociedad.


Que defiendo y a que me opongo

 ¿Qué defiendo, que promuevo? En primer lugar, el catolicismo político y su tradición filosófica clásica, aristotélica-tomista, lo demás son consecuencias. Pero no soy tradicionalista duro, soy posibilista entendiendo a la política como praxis prudencial del bien común. Eso implica, aceptar la realidad de la apostasía de las naciones cristianas y ver como y donde se puede trabajar para el objetivo del bien común y la defensa de un mínimo de civilización cristiana. En ese sentido soy "katehonico", busco "el que detiene al Anticristo". Por eso soy pro Rusia, aparte de mi interés en la cultura e historia rusa, veo en Rusia no un paraíso(está lleno de graves defectos) sino un muro de contención político ante el Occidente Anticristo de hoy, no habría Trump ni Orban ni Le Pen sin Putin. Sin embargo, soy católico(y admiro y aprecio mucho al Oriente ortodoxo) e hispano, no ruso, y por eso promuevo y defiendo una visión clásica y cristiana de la sociedad. Rusia es Rusia y Occidente(cristiano, no el liberal moderno) es diferente. Y así, aunque suena a ideal inalcanzable hoy en Occidente, defiendo la idea de monarquía católica tradicional, o el republicanismo clásico cristiano.  Principios como el bien común, la subsidiariedad(y solidaridad/totalidad), la familia, los cuerpos intermedios. El corporativismo de raíz católica, el equilibrio entre autoridad y libertad, el orden como principio metafísico, la concepción clásica (y función social) de la propiedad privada por oposición a Locke y al capitalismo, una economía católica de raíz. Defiendo especialmente un Estado de bienestar moderado compatible con la subsidiariedad, y me opongo radicalmente al modelo neoliberal, liberal clásico o libertario, por oposición profunda al liberalismo en todas sus formas.

Defiendo la protección laboral y social fuerte, para proteger la familia cristiana y digna, inspirado en la doctrina social de la Iglesia, que digan lo que digan los Novak y otros yankis neocon, es anti-capitalista o al menos a-capitalista. Especialmente defiendo el arraigo e identidad patria y local frente al cosmopolitismo liberal, mundialista, la Tradición en su buen sentido. El capitalismo postmoderno arrasa de modo muy eficaz esos valores, es profundamente inicuo y revolucionario, subversivo. Defiendo o prefiero al menos gobiernos fuertes, no necesariamente autoritarios pero en ningún caso tengo como ideal la democracia liberal, sino formas orgánicas y corporativas de democracia, compatibles con un estadista fuerte, que garantice el orden y autoridad firme. Me opongo profundamente al capitalismo neoliberal porque considero que es el más poderoso elemento que favorece la secularización jamás creado, y en conjunto al progresismo post-1968, es una bomba atómica para una sociedad mínimamente conservadora. En síntesis, defiendo el catolicismo político, la filosofía clásica, un gobierno fuerte, basado en principios como bien común, subsidiariedad, solidaridad, cuerpos intermedios, familia, economía mixta inspirada en la DSI, corporativismo, valores tradicionales y justicia social.

Y ahora, a que me opongo. Mi enemigo principal es el liberalismo(político, económico, social, cultural) en todas sus formas en cuanto es la quintaesencia de la modernidad y las ideas de la Revolución. Especialmente me opongo al liberalismo anglosajón, que considero el más pernicioso de todos los modelos políticos posibles en sus efectos corruptores y destructivos para una sociedad tradicional o conservadora al menos, en todo caso, para la sociedad cristiana. Me opongo al totalitarismo, nazi-fascista o comunista, si bien considero que es terrible, brutal, muy criminal y perverso, no es tan eficaz como el liberalismo anglosajón para destruir una sociedad cristiana, sí es un arma muy maligna y ningún católico puede ser totalitario jamás.  El liberalismo francés en cambio, al ser más estatista e igualitarista, conserva algo de unidad metafísica del Estado y es menos disolvente que Locke y Smith, además de ser más superficial y vulgar. Me opongo completamente al progresismo de la izquierda(y derecha) liberal, por razones evidentes. Respeto, sin compartir sus premisas, a las izquierdas patrióticos y "conservadoras"(Diego Fusaro ,Santiago Armesilla), pero de todos modos guardo cierta distancia. La izquierda por definición al final es progresismo. Rescato bastantes elementos de Dugin, como su crítica brillante al liberalismo occidental o su geopolítica, su defensa de la Rusia ortodoxa tradicional, pero me repugna su metafísica del caos gnóstica.

Me opongo radicalmente al paleolibertarianismo y en general a todo libertarianismo, por considerar que es una ideología calvinista y la quintaesencia de la modernidad anglosajona, además de promover injusticias terribles. Nada de cristiano hay alí. No simpatizo con el fascismo, de ninguna manera(aunque lo prefiero ante el liberalismo clásico), es una ideología revolucionaria moderna, y mucho menos con el nazismo, lo detesto a muerte por sus crímenes abyectos y por acelerar la destrucción del Occidente tradicional cristiano con sus locuras.

Sobre el New Deal y el neoliberalismo

 El New Deal Logró la sociedad menos desigual en la historia de EEUU, con más cohesión social y menos diferencias de ingresos, una potencia industrial, familias cristianas dignas y orgullo nacional. Todo lo que el maldito Reagan destruyó. Con Reagan y luego Bush aun más, las diferencias sociales y desigualdades injustas de ingresos se multiplicaron exponencialmente y se desindustrializó el país, formando una clase media precarizada y familias totalmente desintegradas, eso es el neoliberalismo de Friedman y Chicago.

El gran ganador de las reformas neoliberales de Reagan fue la banca, los parásitos especuladores de las finanzas, Wall Street y el gran perdedor, la familia cristiana del Midwest sobre todo, por la desindustrialización y especulación financiera descarada de esos malditos. El capitalismo moderado, economía mixta que defiendo, admite diversos grados y variantes, como la Alemania de postguerra, Francia gaullista, Inglaterra laborista, Italia democristiana, EEUU New Deal, España franquista, Portugal salazarista. El New Deal es un ejemplo más. 

Por otro lado, es típico de liberal conservador, pro capitalismo, el negar la existencia del neoliberalismo. Pero cuando nos referimos al neoliberalismo decimos algo bien concreto. El consenso de Washington de los años 90, la economía promovida por la escuela de Chicago(Friedman,Hayek, Becker). Es la Reaganomics, Thatcher, el modelo de Pinochet, todas esas políticas en favor de los parásitos de la banca y finanzas, que al final destruyen como pocas cosas, la familia cristiana sólida y fomentan una sociedad liberal de individuos atomizados y sin vínculos ni raíces.

Si bien hoy no impera el neoliberalismo brutal de 1990 tipo Friedman o Becker, existe un post-neoliberalismo que toma algunos elementos socialdemócratas(o socioliberales) en clave globalista, como Biden o la UE, pero el núcleo financiero transancional neoliberal está intacto.  Eso es el capitalismo woke, mantener todo lo sustancial del neoliberalismo de 1990 pero con elementos socioliberales o socialdemócratas light, todo con un discurso progresista y absolutamente cosmopolita y globalista. El núcleo neoliberal, sigue intacto. Las izquierdas progresistas son los más fieles servidores de este capitalismo woke mundialista, las derechas economicistas miran más al neoliberalismo de la era Bush-Reagan. Pero en el fondo coinciden en lo sustancial: la desregulación total, antropológica y económica. Es que un modelo tan salvaje como la Reaganomics, era insostenible a la larga, hubo que reintroducir ciertos elementos menores de protección social y laboral, en clave más bien socioliberal a lo Merkel/UE. Pero ahora con un progresismo absoluto, exigencia del capital hodierno.

En simple, al capitalismo le sale rentable ser progresista hoy, a la vez que las propias exigencias del capital imponen una sociedad idiotizada con progresismo y liberalismo radical. Para eso la derecha económica y la izquierda progresista van de la mano.

¿Por qué apoyo a Rusia?

 ¿Por qué apoyo a Rusia?. Porque es el conflicto más importante desde la Segunda Guerra Mundial y posiblemente va a marcar el orden internacional durante las próximas décadas. En ese sentido, pienso que el tradicionalismo no puede ser neutral ni apoyar con reservas a Rusia. No condeno dicha postura a diferencia del atlantismo católico que me parece la más estúpida actitud neocon, pero considero que un apoyo con reservas es insuficiente para el desafío en que estamos, mientras que la neutralidad para el tradicionalismo(católico), solo confirma su absoluta irrelevancia actual. 

Por primera vez de forma masiva se produce un desafío radical al orden mundial liberal post 1945 y especialmente post 1990. Rusia más allá de sus defectos(algunos graves, sin duda) es el bastión del pensamiento conservador/tradicionalista/iliberal a nivel mundial, guste o no a los católicos atlantistas. Su significancia es metafísica y metapolítica además, es un Katehon político y espiritual contra el Occidente Anticristo. Eso es lo que nos devela el mito de Moscú como la Tercera Roma. Podrá ser muy insuficiente y Rusia tendrá graves defectos pero es todo lo que tenemos, quizás es poco, pero es lo que hay, no hay más.  Como me di cuenta hace un tiempo, nunca más habrá restauración tradicional cristiana en Occidente, nunca más. Occidente está irremediablemente perdido, peor, ES LA PERDICIÓN MISMA. Rusia es una esperanza, quizás insuficiente, quizás también caiga mentalmente en el mal de Occidente, o sea derrotada, y entonces surja el Anticristo personal. Pero una esperanza, de posibilidad de plantear un orden político, social e internacional donde la Tradición tenga un espacio, el orden mundial multipolar. En el orden angloamericano la Tradición no tiene ningún espacio, ninguno. No entiendo por que no ya los liberal conservadores sino los mismos tradicionalistas no entienden esto. El tradicionalismo que rehúsa apoyar a Rusia cae en una fosilización, se vuelve una ideología cerrada y sectaria, minúscula, irrelevante. 

Y más aún, Rusia por más que los propagandistas neocon, católicos atlantistas con rusofobia, latinistas anti-ortodoxos repitan, sí defiende principios cristianos y valores tradicionales. Que la sociedad rusa esté llena de vicios no lo niego, no vivimos en el paraíso terrenal, pero a nivel de principios Rusia promueve lo que está bien y respeta el orden natural versus el mal e iniquidad absoluta del Occidente Anticristo. Ni la Cristiandad medieval en su mejor momento estuvo libre de vicios, contrario a cierta mitología tradi sobre la Cristiandad medieval, menos Rusia que viene saliendo de 7 décadas de ateísmo oficial comunista y 1 década y media tan o más desastrosa para el alma rusa de liberalismo occidental a ultranza. Muchos si no todos los vicios de Rusia hoy no son tanto producto de la Unión Soviética sino de la era Yeltsin/Gorbachov, un verdadero cataclismo y terremoto espiritual en Rusia, sin contar sus dramáticas consecuencias socioeconómicas.

El catolicismo/tradicionalismo que toma partido por Ucrania y la OTAN en el fondo, está tomando partido por Soros, Biden, la Open Society, el Anticristo literalmente. El catolicismo/tradicionalismo que rehúsa tomar partido, se condena a la irrelevancia y se margina en su torre de marfil. No condeno dicha postura, pero si la critico porque por más que Roberto de Mattei y similares digan, ES NUESTRA LUCHA, contra Occidente liberal.  Y los globalistas lo saben muy bien, están preocupados porque Rusia encarna todas las tendencias iliberales del mundo post-1945, The Economist, El País y The New York Times saben bien que valores y que principios defiende Rusia y que defiende Occidente.

Una derrota improbable, de Rusia, significaría que literalmente todo está perdido para las ideas de la Tradición, y que quizás Rusia misma no sobreviva como Estado. Los católicos y tradicionalistas que toman partido contra Rusia están apoyando eso. Eso es lo que hace literalmente Polonia, con su gobierno títere y rastrero de Estados Unidos y la OTAN, cómplices del Anticristo.

¿Ley natural deductiva e inmutable?

 Francisco Carpintero plantea que en Santo Tomás hay dos sentidos de la ley natural, el primero, en la cuestión 94 y 95 de la I-II de la Suma Teológica,  que es una ley natural descendente desde Dios por la participación humana en la ley eterna y que fue profundizado de modo errado por Suárez. Pero Santo Tomás(y los juristas bajomedievales) entendían también un sentido de la ley natural poco explorado hasta ahora, aquella que sigue el orden de las inclinaciones naturales de los seres humanos y  que es inductivo, desde las necesidades humanas concretas, desde las que se inducen las normas oportunas. 

Es errado reducir a la doctrina de Santo Tomás solo a la ley natural "deductiva", esa fue la que enfatizó Suárez y se absolutizó en la época moderna, sobre todo en la doctrina católica y llegando a su culmen en el neotomismo del siglo XIX. El otro sentido de la ley natural, literalmente, se olvidó. Mientras el primer sentido de ley natural muestra los primeros principios y las posibles conclusiones de ley natural, la segunda(ratio essentialiter) es la "ratio" más que el "intellectus" trabajando como razonamiento práctico y prudencial para discernir las normas y principios, lo justo, en cada caso. 

Ese segundo sentido me atrevo a decir que era el predominante en la Jurisprudentia romanista medieval, del que Santo Tomás es el mayor teorizador porque explica y explicita lo que en los juristas como Bartolo o Baldo estaba implícito. El sentido de ley natural como deducción desde la ley eterna, llevado al extremo por Suárez, no es tan relevante para el Derecho como el segundo, puede serlo para la Teología moral pero no para el Derecho y lamentablemente se conoce muy poco aún. Suárez tiene el problema de absolutizar el primer sentido de ley natural y olvidar totalmente el segundo, con fundamentos voluntaristas, y eso inaugura las puertas de la modernidad jurídica de modo mucho más consistente que todo lo anterior. Una vez secularizado ese sentido de la ley natural, ya tenemos a Grocio y Pufendorf y el iusnaturalismo protestante moderno y racionalista.

Suárez además no considera la ley natural en las exigencias concretas de lo sensible y reduce el ser humano a solo su intelecto, no por la conveniencia a la naturaleza humana que incluye la dimensión sensible, solo la racionalidad y fuertemente metafísica. La dimensión sensible ya no mide los contenidos de la ley natural según el orden de las inclinaciones naturales sino que la ley natural con su deriva metafísica, mide todo y se vuelve una entelequia proto-racionalista.

Por el contrario, los juristas medievales y romanistas aplicaban a la perfección el razonamiento práctico, que no es ante todo deductivo sino inductivo. Es el método dialéctico, donde la lógica del silogismo aplica de modo atenuado, el silogismo dialéctico y no el silogismo científico o necesario. Es un razonamiento de lo probable, lo posible, lo ponderable, lo prudencial. Allí aplica la sindéresis, es el razonamiento que busca el operable, la verdad práctica y no la verdad necesaria. Suárez lleva a una desviación falsamente metafísica al buscar prácticamente la verdad especulativa en el terreno práctico y eso hace de la moral un Código rígido e inmutable, muy lejos de Santo Tomás y el espíritu medieval, lo que lleva al rigorismo moral. Los juristas medievales no deducían un conjunto de principios ni menos leyes, desde una consideración metafísica de la naturaleza humana, eso es Suárez, sino que inducían lo justo y equitativo en cada caso desde las necesidades y la "utilitas" no al modo utilitarista sino según la ley natural inductiva.

Lo que debemos rehabilitar es no tanto la ley natural deductiva sino el razonamiento práctico, y eso es un aporte invaluable, valiosísimo de Santo Tomás y los juristas medievales de tradición romanista. La ley natural deductiva, tiene su campo más en la teología moral que el Derecho y debe nunca olvidarse el concepto de verdad práctica y razonamiento práctico, si no queremos caer en la manualística dañina del neotomismo decimonónico. Quizás con conclusiones y principios cuestionables, Finnis y la New Natural Law Theory entendieron esto, la autonomía del razonamiento práctico frente a la razón especulativa metafísica, aunque me gustan muchísimo más Michel Villey, Alejandro Guzmán Brito, Wolfgang Waldstein y obviamente, Francisco Carpintero, que relacionan el Derecho Romano con el Derecho Natural.


"El coro mágico" de Solomon Volkov

Leyendo "El coro mágico" de Solomon Volkov me reafirmo en que la cultura rusa es una de las dos o tres más apasionantes del mundo, las demás son la cultura hispánica y la cultura medieval. No hay nada igual a la cultura rusa. El genio ruso. El alma rusa. Una mezcla de belleza y lirismo con misticismo, un sentido de lo trágico muy acentuado, un anhelo de redención y mesianismo inaudito, temas cristianos en su origen pero leídos desde el Oriente culturalmente bizantino, todo eso y mucho más caracteriza la gran cultura rusa. La cultura rusa es como una trágica obra maestra de un genio creador que reflexiona vivamente del destino humano y la redención, sea en Cristo o en el campesinado o en la Revolución. Una cultura apocalíptica que busca las dimensiones últimas de la existencia, el Eschaton. Tras vivir alejada del centro cultural occidental por siglos y tener escaso desarrollo escrito y centrarse en la Iconografía religiosa y la mística hasta el siglo XVII, occidentalizarse de modo superficial con Pedro el Grande y renacer en la Eslavofilia en el siglo XIX, estalla.

El siglo XIX y comienzos del siglo XX son una época de creación cultural rusa muy intensa, que será interrumpida por 1917, alterando la cultura nacional rusa por las vanguardias revolucionarias que no obstante, fueron una versión bolchevique del ethos ruso esencialmente mesiánico. Una extensa cantidad de genios en la música, pintura, teatro, cine, arquitectura, filosofía, teología, poesía, y como no, sobre todo la literatura, estalla en el siglo XIX. De Dostoyevski a Diaghilev, de Rimsky Korsakov a Eisenstein, de Repin a Prokofiev, de Esenin a Pasternak...Por no mencionar a Ilya Glazunov y sus monumentales pinturas, o el inmortal Solzhenitsyn, voz de la Rusia eterna ante el horror comunista. Siempre es la misma Idea Rusa. El sentido mesiánico ruso y su pasión apocalíptica le dan ese toque tan distinto a la cultura occidental. Y las relaciones con el poder político siempre fueron conflictivas con la cultura, un literato podía tener más poder que el zar incluso, lo mismo sucederá en la Unión Soviética. Hay tendencias tradicionalistas claramente en la cultura rusa como también tendencias liberales. Pero el liberalismo se aviene poco con la mentalidad de los rusos, tendiente al absoluto y al mesianismo. En cambio, algo como el marxismo claramente encontró en el alma rusa terreno fértil, sin embargo la corrompió y degeneró. A su vez el comunismo ruso no es lo mismo que el occidental, es la secularización invertida del alma rusa que busca la redención en el proletariado y la Revolución, en lugar de Cristo. El comunismo occidental es Trotsky, la Ilustración burguesa, el comunismo ruso, es una religión invertida. No por nada un autor como Gorky, marxista hasta la médula pero profundamente ruso, se entendió tan bien con Stalin, a diferencia de otros marxistas de la intelligentsia que eran occidentalistas. El elemento populista de la cultura rusa, de Tolstoy a Gorky, es enorme. Y este elemento populista se aviene con una religión invertida como el comunismo ruso, que llega a los peores horrores en nombre de la edificación de la Tercera Roma Comunista, una perversión del ideal cristiano ortodoxo. Trotsky y sus ideas apátridas no tenían ningún lugar aquí.

Los liberales en la cultura rusa siempre serán una minoría burguesa en lucha contra el pueblo, sea este encarnado en la Idea Rusa monárquica-ortodoxa o en su versión comunista soviética. Nunca habrá una Rusia liberal occidental, pero no faltan occidentalizadores en Rusia.

Notas sobre la segunda escolástica y la modernidad

Es complejo el asunto de la Segunda escolástica española y su relación con la Modernidad. Es un tema al que vuelvo una y otra vez sin respuestas definitivas. Creo que puedo decir por ahora que ni son poco menos que todos completos modernistas como los ius-racionalistas ni tampoco los cruzados defensores de la Cristiandad como algunos los intentan presentar. Hay muchas diferencias entre cada autor y otro pero ciertos temas comunes. Vitoria en mucho fue revolucionario y Soto mucho más conservador y fiel a la Tradición tomista medieval. Molina es un terreno más o menos peligroso y complejo, lo mismo Suárez, pero en general estamos aún lejos del modernismo puro de un Pufendorf o Hobbes. Comparto algunas de las críticas de Villey a la neoescolástica española y creo que Francisco Carpintero y Alejandro Guzmán Brito los entienden mucho mejor que algunos defensores de los mismos. Ya hay influencias que anuncian la modernidad allí, herencia proto-moderna bajomedieval. 

Por ahora puedo decir que no son autores ni para rechazar en bloque ni para defender a rajatabla, es una transición hacia la Modernidad, y ellos partiendo de fuentes bajomedievales que antes que Lutero, son el canto del gallo de la Modernidad. La modernidad es totalmente falso arrancarla con Lutero, sus orígenes son bajomedievales y la neoescolástica recoge esas influencias medievales tardías, rechazando los peores excesos y volviendo la mirada a Santo Tomás aunque a veces para decir otra cosa que él no dijo. Es como si la neoescolástica española fuera un camino que intentó recoger lo que consideraron aceptable de la filosofía, teología y derecho bajomedievales, nominalista-humanista, y sintetizarlo con la filosofía tradicional aristotélico-tomista. Pero eso es inconsistente y débil. Y se ha estudiado muy bien como los juristas y filósofos de la Modernidad jurídica y política aprovecharon a fondo las enseñanzas neoescolásticas, Feenstra, Grossi, Decock, Villey, Guzmán Brito, Carpintero, por solo nombrar unos pocos autores relevantes. Si bien en el proceso de aprovechar los neoescolásticos, los iusracionalistas modernos secularizaron todo el contenido teologal que tenían los autores españoles del siglo XVI, pero ya habían fuentes y semillas de la propia destrucción de la Cristiandad en dichos escolásticos.

El mesianismo ruso y la Tercera Roma

 En el núcleo del alma rusa, yace el sentimiento mesiánico del mundo, cósmico y universalista, de instaurar el reino de Dios en este mundo y de Rusia como el vehículo para dicho fin. Una Rusia que renuncie a esa idea mesiánica, como la pensada por Gorbachov y Yeltsin, y los reformadores liberales de 1990, no es Rusia, es un apéndice de Occidente. Desde los precedentes en la antigua Rus de Kiev medieval, hasta culminar en la proclamación en el siglo XV, de la idea de "Moscú como la Tercera Roma" tras la caída de Bizancio, toda la historia de Rusia es la búsqueda de esa "Idea rusa" mesiánica, a menudo no realizada en la historia, en especial a partir de la perniciosa y tiránica occidentalización de Pedro el Grande y la imposición brutal de la servidumbre en Rusia, más aún con la sujeción estatal de la Iglesia Ortodoxa, siguiendo el modelo prusiano-luterano(!).  Pero en el pueblo, la conciencia nacional y popular rusa siempre fue mesiánica, el pueblo que portaba la luz de la Ortodoxia frente a Occidente, caído en la apostasía. 

Creo que Dios ha preparado al pueblo ruso para una misión escatológica final en los tiempos del Anticristo, toda la conciencia rusa apunta en esa dirección. El profundo despertar de la conciencia y la cultura rusa en el siglo XIX, en reacción contra la Revolución y la occidentalización liberal, siguiendo en eso a los románticos alemanes y contrarrevolucionarios franceses, fue una teorización de algo vivido durante siglos por el pueblo ruso. La derrota de Napoleón a manos de los rusos profundizó esa idea mesiánica rusa, que se proyecta cada vez más durante el siglo XIX. Si bien había una tendencia, más Estatal-monárquica, centrada en la legitimidad monárquica y otra más popular, propiamente la de los eslavófilos, ambos concordaban con la idea rusa. 

Los revolucionarios de izquierda también tenían a su manera, la idea rusa mesiánica, sobre todo los populistas rusos, una suerte de socialismo campesino. La eslavofilia rusa evidenció que el principio matriz de Rusia era la "sobornost", algo así como el "colectivismo popular-religioso", complementado con la "obschina", la comuna campesina, esa era el alma de Rusia, mientras que la "nacionalidad oficial" enfatizaba el poder estatal fuerte(derzhavnost) y la autoridad monárquica. Todo se resumía en la tríada de Uvarov, en respuesta a la Revolución Francesa y los decembristas de 1830, "Ortodoxia, Autocracia, Nacionalidad", epítome y síntesis de todo auténtico conservadurismo ruso. La genialidad de los literatos rusos como Dostoyevski, Gogol y Tolstoi marcó el alma rusa y profundizó el sentido mesiánico de la cultura rusa, llegando a las alturas místicas en la prosa de Dostoyevski, acerca de la misión universal de Rusia.

Pero las tensiones fuertes en el Imperio Ruso, a raíz de la cuestión de la servidumbre primero, y luego del surgimiento del capitalismo en Rusia, llevaron el escenario a la Revolución fatídicamente. Rusia no fue capaz de desarrollar en su totalidad el "camino ruso", los intereses de los nobles y propietarios fueron un obstáculo para ello. Esa misma nobleza occidentalizada y hasta traicionera, que hablaba francés incluso.  De esa nobleza llegó la contaminación occidental moderna.  Solo hubieron esbozos para desarrollar el "camino ruso autóctono" en tensión constante con el desarrollo capitalista ruso, tentativas de reforma fracasadas como las de Stolypin, etc. No obstante, hacia 1900, poco antes de la Revolución de 1917, en toda Rusia, la conocida como "edad de plata", fue una brillante producción masiva de cultura y arte, una explosión del sentido mesiánico, la conciencia religiosa rusa, etc. Pero fue efímero, pronto llegará la Revolución bolchevique, que fue una inversión satánica del sentido mesiánico ruso, ya no para el reino de Dios en la tierra, sino como decía Berdiayev, para la hermandad en el reino del Anticristo en la tierra. Las tensiones no resueltas en el Imperio Ruso más la coyuntura del fracaso militar de la Primera guerra mundial, llevaron a la gigantesca tragedia de 1917. El bolchevismo temprano fue verdaderamente un régimen satánico sin más, lleno de odio infernal hacia Dios, la Iglesia, la religión, etc., cumpliendo las peores profecías de Dostoyesvki mismo. Lenin en todo caso fue ruso, pero corrupción del espíritu mesiánico ruso hacia el comunismo, por eso siempre he dicho, Rusia está, entre el Anticristo y la Iglesia y la Revolución de 1917 lo demostró. 

Aún así, tras algo tan occidental como el marxismo y su materialismo, su ateísmo, su progresismo, etc., se mezclaba en el pueblo el sentido ruso de justicia popular y para muchos rusos, fue otra experiencia mesiánica, el reino de Kitezh en la historia, encarando en la tierra rusa. Se volvió así, sobre todo con Stalin, a la idea de Tercera Roma, ahora la Tercera Internacional, como constructora del comunismo y el primer país en implementarlo. Stalin en algunas cosas fue un regreso a los valores tradicionales rusos y en otras fue el más terrible despotismo bolchevique, hasta la Gran Guerra Patriótica de 1941, un enemigo implacable del Cristianismo, un Nerón, un Diocleciano rojo. Y resulta que en el substrato, Rusia seguía siendo la misma vieja y eterna Rusia, tras toda la basura marxista leninista, la infamia de la década de 1920s y 1930s, el terror masivo, el Gulag, la colectivización, etc., había algo ruso aunque deformado por el marxismo. Todo lo grande y heroico que hizo la URSS fue el alma rusa en su interior, todo lo abominable de la URSS, fue el marxismo leninismo occidental al final. Por eso para un ruso no es posible rechazar del todo a la Unión Soviética pero mucho menos es posible aceptarla del todo, hay mucho de diabólico en ese régimen y mucho de auténticamente ruso también, es un asunto complejo que el anticomunismo simplón no logra ver.

Jruschov fue un intento de volver a la ortodoxia marxista leninista pura, incluso cuasi trotskista, por su odio antirreligioso, que recordaba incluso al de 1930-1941, cerrando muchas iglesias que fueron reabiertas entre 1941-45, y reforzando el odioso ateísmo marxista oficial. Brezhnev fue el punto clave. Básicamente la literatura rusa, oficial o tolerada y clandestina en samizdat, fue una enorme explosión de discusiones sobre el alma rusa, el mesianismo ruso, el nacionalismo ruso, etc. Incluso Dostoyevski fue en parte rehabilitado en esta época, los viejos autores eslavófilos y de la edad de plata eran estudiados a fondo y se produjo una gran cantidad de escritos tanto de nacionalismo ortodoxo ruso oficial, tolerado o incluso fomentado por el régimen como del nacionalismo ortodoxo clandestino y disidente. 

Pero la KGB, guardiana de la ortodoxia marxista, vio el peligro que significaba el nacionalismo para el régimen y actuó de modo represivo, con mayor fuerza a veces y en ocasiones tolerando, esa ceguera ideológica marxista fue fatal para la supervivencia de la URSS porque hacia 1975 muy pocos creían realmente en el Comunismo. Y la amenaza occidental liberal del mundo tecno-científico, capitalista, era no tanto a la ideología marxista, con quien compartía su misma visión de mundo positivista y materialista, sino a la existencia de Rusia, lo que la era Yeltsin demostró. Los marxistas verdaderos estaban más cerca de los liberales occidentalistas rusos, los nacional-comunistas de marxista tenían bien poco y estaban a menudo aliados con los nacionalistas ortodoxos rusos. Incluso Shafarevich, un gran anticomunista, se alió con Ziuganov y muchos otros para confrontar a Yeltsin en 1993. 

Con Gorbachov, la glasnost permitió incrementar aún más la libertad para la discusión de estas ideas eslavófilas pero también las ideas liberales, el marxismo reformista socialdemócrata, etc., un espíritu de sujeción y sumisión a Occidente muy vergonzoso, un sentido derrotista de la historia rusa ,etc. Gorbachov al final permitió la destrucción de Rusia como Imperio y su remate literal, al mejor postor occidental en los años 90. Todo lo que habría podido salvar la existencia de la URSS, la alianza entre el nacionalismo ortodoxo ruso y sectores nacional comunistas soviéticos, fue destruido y con ello aún hoy Rusia paga caro esa traición. Yeltsin fue un genocidio sin más del pueblo ruso y el más repugnante traidor de la historia rusa. Putin a mi juicio ha sido demasiado blando para restaurar lo que debe ser restaurado pero ha dado pasos muy correctos, lentos, pero seguros, aunque quisiera más radicalidad. El problema es que la URSS con su materialismo ateo creó una sociedad de consumo occidentalizada que estaba poco apta para ideas nacional-ortodoxas y quería imitar en todo a Occidente. Yeltsin es un hijo legítimo del marxismo soviético, del espíritu progresista y secularista ateo,  de su materialismo. Son muchas las cosas de Rusia hoy que me preocupan, el alto número de abortos y divorcios, la penetración de la peste occidental liberal, el alcoholismo, la degradación, la élite traicionera, el capitalismo mismo en Rusia, pero aún así veo en Rusia el camino a seguir y el Katehon como Tercera Roma, lo que me lleva a apoyar incondicionalmente a Putin, que literalmente salvó a Rusia de ser balcanizada y destruida en todas sus partes.

Notas sobre la historia y cultura de Polonia

 Polonia es una gran y hermosa cultura muy peculiar, que sintetiza elementos eslavos y muchos elementos latinos, de cultura profundamente católica. Es un caso muy especial de proyección de la cultura grecolatina del Mediterráneo. Los polacos desde la Edad Media asumieron la gran cultura grecolatina de forma bastante acabada, en desmedro quizás del elemento eslavo autóctono. Al menos en las élites. Los monarcas medievales como los Piast y los primeros Jagiellon fueron reyes en general ejemplares, benignos y justos, que aplicaban las virtudes cristianas del buen y prudente gobernante. 

Se desarrollo durante siglos una hermosa cultura con expresiones literarias de gran nivel como el Pan Tadeusz de Adam Mickiewicz,  el romanticismo polaco, el mesianismo polaco(se habla mucho del mesianismo ruso pero no menos interesante es el mesianismo polaco, los reaccionarios polacos como Krasinski), obviamente el gran Frederic Chopin, alma de la nación polaca, con sus mazurkas y valses, tantos sacerdotes polacos eruditos que estudiaron muchas disciplinas del conocimiento...Una cultura profundamente aristocrática y noble, muy elegante y llena de significado católico. 

Sin embargo, la cultura e historia de Polonia, la idea nacional misma de Polonia iba a chocar con la idea Rusa, y desde ya fines de la Edad Media, severos y grandes conflictos entre la naciente Moscovia y el Reino de Polonia-Lituania se dieron lugar. El choque entre catolicismo y ortodoxia oriental fue tremendo, son las dos grandes almas de los pueblos eslavos, el alma polaca(católica latina) y el alma rusa(ortodoxa oriental). Y sucedió la gran tragedia de Polonia en su historia, querer ser plenamente Occidental, según lo que signifique Occidente en cada contexto histórico diferente. En la época de la Cristiandad, eran una misma cosa. La vocación de Polonia surge como Antemnurale Christianitas, contra los musulmanes, tan bien señalada en la batalla de Viena 1683. Pero conforme Occidente surgía como entidad independiente y contraria a la Cristiandad, Polonia no supo percibir este cambio y asumió el mismo Occidente liberal e ilustrado, eso se ve muy bien en la Polonia del siglo XVIII, cuando el Reino de Polonia-Lituania, estaba en decadencia. Polonia se encontró ante un mundo que había cambiado radicalmente pero quiso seguir el camino de Occidente, por tanta enemistad con Rusia, enemistad quizás inevitable, siguió a Occidente en su trayectoria liberal. Ya en la idea polaca puede haber una versión protoliberal con la llamada "Libertas Aurea" que me parece que es una libertad muy alejada del sentido comunitario y que se manifestó en los privilegios excesivos de la nobleza ya en la época de los Jagiellon en el siglo XVI. Por lo demás, la servidumbre(Panszczyzna) que he criticado también en la Rusia de Pedro el Grande, se instaló en esos años y fue severa y causó mucho daño, especialmente mezclándose con conflictos religiosos en la antigua Rutenia(hoy el oeste de Ucrania).  

La gran tragedia de Polonia es querer ser Occidental a toda costa, sea que Occidente represente el trono y el altar o el liberalismo postmoderno de Biden. Por eso su alineación geopolítica hoy es atlantista, eso es una tragedia para el pueblo polaco de valores conservadores y católicos. Se están suicidando. Deben despertar y denunciar el atlantismo, llegar a cierto entendimiento con Rusia y dejar su enemistad histórica para sobrevivir como nación. De lo contrario el progresismo globalista se los hará pedazos. Y no obstante eso, me gusta bastante la política interna del gobierno de Andrzej Duda y el PiS, es una política social de tipo conservador y católica, pro familia y crítica de las ideas del free market liberal. Pero en geopolítica es un desastre.


El liberalismo como robo a los pobres hecho por la burguesía

 Una de las mayores tonterías que dicen los liberales intentando justificar "moralmente" el sistema capitalista es la que dice relación con la supuesta disminución de la pobreza tras 200 años de liberalismo versus lo que había antes "en que el 90% era pobre". Eso es falso. De partida, es una consideración unidimensional y unilateral, muy materialista, de lo que es riqueza y pobreza. Y mete todo en un mismo saco, sociedades muy diferentes, típico de la mentalidad de abstracta-racionalista del liberal, que arrasa toda diferencia y distinción. En las sociedades católicas pre-liberales, ciertamente se dio una degradación respecto a la armonía de la época de oro del corporativismo gremial medieval y había pobreza pero no era pauperismo ni miseria total como sucedía en sociedades protestantes capitalistas como Inglaterra. 

Los liberales destruyeron toda una serie de cuerpos intermedios que protegían a los pobres y les daban el calor de la vida comunitaria ,dejando al individuo miserable y aislado, proletarizado en fábricas donde se vivía una explotación sin límites y todo en nombre de la "libertad". Hispanoamérica con los españoles, en muchos casos era incluso más próspera y sin tanta desigualdad de clases como Europa. En general, el pauperismo es posterior al siglo XVI fruto del naciente capitalismo y fenómenos como el enclousure inglés, un auténtico robo a los pobres. 

Ciertamente la situación social en algunos lugares hacia el siglo XVIII no era óptima ni ideal pero era preferible a la miseria y pauperismo extremo que dejó la Revolución industrial liberal, destruyendo las clases medias urbanas y artesanales para beneficio de los ricos. Los liberales arrasan sociedades tradicionales que pueden ser incluso pobres pero tienen algo que nunca entenderán, la noción sacral del poder y la autoridad que forman comunidad y le dan sentido a la vida humana. 

Los liberales hacen sociedades donde nada tiene sentido. Probablemente la riqueza neta aumentó pero también aumentaron mucho las desigualdades sociales injustas y la concentración de la riqueza en pocas manos en el siglo XIX fue muy superior en comparación a la época medieval o el Antiguo Régimen. De no existir capitalismo liberal moderno, las ciencias y avances tecnológicos habrían existido pero habrían sido más lentos y a escala humana, sin dislocar al hombre de la comunidad y del sentido de la vida, integrando armoniosamente esos avances en la sociedad tradicional. Lo que hizo el liberalismo fue crear la noción de riqueza desligada de toda vinculación comunitaria, religiosa, histórica y social. "Enriqueceos", ese es el lema burgués individualista. No hay amistad social ya, solo intereses egoístas en conflicto. Y ha sido muy exitoso.

Ex Oriente Lux, ex Occidente Lex

Una diferencia fundamental entre Oriente y Occidente está resumida en el epitafio "EX ORIENTE LUX, EX OCCIDENTE LEX". Efectivamente, el sentido jurídico, heredado de Roma, es algo muy propio de la grandeza de Occidente, especialmente el Occidente cristiano o la Cristiandad medieval. El sentido de orden, proporción, armonía, equilibrio y al final, justicia, heredado de la Roma clásica, por influencia de la filosofía de la antigua Grecia, que recibieron los juristas romanos. Eso es poco dado al Oriente. Lo propio del Oriente es otra cosa, quizás mucho más grande, ser la LUX, y esa luz es nada menos que Cristo, desde Oriente llegó el Mesías a alumbrar a los pueblos de todo el mundo. En Oriente se preserva mejor la Tradición que en Occidente, especialmente en el mundo contemporáneo enfermo. Oriente siempre ha sido un espacio dado a cierta pasividad en el peor de los casos y a la contemplación en el mejor de los casos. 

Occidente tiende a ser fáustico y ambicioso, ya en la Cristiandad medieval, y esa tendencia se acentúa en la Modernidad con el hombre prometeico, prototipo del burgués. El sentido jurídico es algo muy ausente en los pueblos orientales. Roma no destacó especialmente por su filosofía, propiamente contemplación racional del universo, en la que destacó la más oriental Grecia, ni Grecia destacó en el Derecho, en el que destacó la occidental Roma. Esas tendencias se acentúan con la trágica ruptura entre la Iglesia de Oriente y Occidente en la Edad Media y más aún con la entrada a la Modernidad en Occidente, que llegó a ser lo que Guenon llamó "la tierra de los muertos". Hasta el sentido jurídico occidental se corrompió profundamente en la modernidad, dejando de lado la riqueza jurídica romana y escolástica, se entregó al más absurdo e insano legalismo y positivismo francés, en la era de la Codificación, reduciendo el Derecho a la Ley y a la Facultad o derecho subjetivo, abandonando toda la profundidad y riqueza del concepto de Derecho como Ius suum cuique tribuere que recibió y perfeccionó Santo Tomás, heredado de Roma. Todo un repugnante formalismo abstracto y artificial, eso es la tierra de los muertos, Occidente.

"Europa y el alma del Oriente" de Walter Schubart

 "Europa y el alma del Oriente" de Walter Schubart, es un libro absolutamente notable y excepcional, sobre el problema de Rusia y Occidente. Es un recorrido histórico por los arquetipos de hombre, como el hombre prometeico o el hombre gótico, etc., y los conflictos que hubieron entre Rusia y Occidente. El autor defiende un acercamiento a Rusia, que tras la carcaza externa de bolchevismo(escrito en 1942) veía la subsistencia del alma rusa verdadera, fuente de regeneración espiritual para Occidente. Esa es la misión universal de Rusia. A diferencia de Spengler, es una cosmovisión profundamente cristiana, una filosofía de la cultura cristiana, mientras que Spengler es ateo en su cosmovisión.

Cito un fragmento notabilísimo de la introducción y prólogo escrito por Carlos Blanco Martín. Me ha hecho reflexionar este pasaje, porque siempre he sido simpatizante de Prusia frente al espíritu calvinista whig anglosajón, pero al mismo tiempo, conozco las limitaciones de Prusia y sus errores e injusticias históricas cometidas por Prusia, por ejemplo, contra Polonia. "La explicación de los parecidos y las diferencias entre los pueblos europeos, incluso de aquellos que figuran supuestamente en un margen, como el ruso y el español, dentro de un prototipo de europeidad central, es dada por Schubart en términos completamente religiosos, en términos de vivencia diferencial del Evangelio. De hecho, a la mentalidad prusiana(germánica del norte), netamente luterana, nuestro autor le retira toda condición espiritual. Allí donde Spengler veía el "triunfo de la voluntad", el recio y recto sentido del deber y del sacrificio, Schubart ve en el prototipo prusiano una frialdad y un mecanicismo casi inhumanos. El alma fáustica ensalzada por Spengler en el hombre occidental, es un alma de hielo ávida de manipulación y dominio en Schubart. Es el alma prusiana-luterana que siguió una senda de perdición a partir de su núcleo inicial, común a todos los pueblos europeos medievales: el núcleo del "ALMA GÓTICA".

El alma gótica creó una vasta y ardiente civilización, la civilización que llenó a Europa en la Edad Media con catedrales, abadías y comunidades orgánicas. Pero este ardor cuando no procedía de los pueblos mediterráneos, había sido aportado por los célticos, nunca por los germanos del norte. El cristianismo gótico fue el verdadero cristianismo específicamente europeo, latino y céltico. Solo de manera incidental el germano del norte participó de este resplandor en la civilización cristiana europea. Cuando el germano del norte tuvo voz propia para imprimir un giro correspondiente a un cambio de eón en nuestra civilización, este giro se pareció más al rígido monoteísmo mosaico y mahometano que al verdadero cristianismo gótico, místico y fraternal. El luteranismo y el calvinismo plantaron la semilla de la discordia y mató la idea de una Iglesia Universal. Para Schubart esto representa frente al espíritu universalista, el triunfo del particularismo. El Occidente moderno frente al Gótico, es el Occidente del punto, del particular, el individuo creado a partir del molde del burgués, y el Estado, creado a partir del interés de clase de la burguesía. Rota y disuelta quedará desde entonces la comunidad orgánica(campesina, gremial, estamental, dinástica) y la bicefalia universal(Iglesia y Sacro Imperio). 

Si por alguna catástrofe cósmica, revolución mundial o cambio de eón, el hombre occidental dejara de ser particularista e idólatra del dinero y la técnica, este hombre europeo occidental volvería a ser el que era, el hombre gótico. Y este hombre gótico estaría más cerca del hombre del Este, del ruso."

Nikolay Berdiayev y la Revolución rusa: Apocalipsis y escatología

Encontré por ahí un libro viejo y usado que es un auténtico tesoro. "Orígenes y sentido del comunismo ruso" del gran filósofo ruso Nikolay Berdiayev. Está lleno de páginas apasionantes sobre la historia de la gran cultura rusa y la tensión apocalíptica que fue el anuncio de la Revolución durante la literatura rusa del siglo XIX. De las mejores explicaciones que he leído sobre la cultura rusa y la Revolución de 1917. Berdiayev habla del comunismo ruso con su naturaleza dual. Una parte profundamente rusa e incluso "tradicionalista" (aunque secularizada) en su estrato profundo, ajena al marxismo y fiel a la idea rusa de la justicia social y la verdad, herencia del cristianismo ortodoxo y el reino milenario ruso, la mitología antigua rusa. Y por otra parte todo lo que sabemos del marxismo como utopía materialista y atea, occidental, incluso satánica, y en todo caso modernista y revolucionaria. Esa dualidad interna explica mejor que nada toda la historia de la Unión Soviética. Lo épico y heroico en el pueblo ruso se mezclaba con el horror de la ideología marxista y su ateísmo. 

Estas dos tendencias estarán en tensión dialéctica durante toda la historia de la Unión Soviética hasta imponerse la visión occidentalista-liberal-progresista con Gorbachov, quien venía del marxismo crítico humanista. Y permite explicar la aparente contradicción de por qué la Unión Soviética tenía en muchos aspectos un carácter "conservador" pese a que el marxismo como tal es la utopía progresista absoluta. Hay otros elementos como la distinción mencheviques y bolcheviques previa a la Revolución, pero en general es eso, Lenin y Stalin rusificaron a Marx y Engels, apartándose en mucho de aquellos. Trotsky tiene razón, pero no por lo que él cree. Lo que no quita que el comunismo soviético haya sido algo terrible, brutal y espantoso, sobre todo hasta los años de la guerra contra Hitler.

La fuerza del amor cristiano como fundamento de todas las cosas

 En el cristianismo, un Niño, y una Virgen, aplastan a la serpiente infernal y vencen a todo el mundo bajo el entero poder del maligno. Y ese triunfo es el amor cristiano, palabra que a fuerza de repetirse se ha vulgarizado pero esconde un grandísimo significado metafísico. La fuerza del amor que Cristo representa, desde el pesebre hasta la Pasión y Resurrección, es espiritualmente creadora y unitiva, desde los esposos y los hijos, pasando por la comunidad, cuerpos intermedios, la polis,  hasta el orden cósmico universal regido por Dios. Es el misterio metafísico del amor lo que hace al mundo entrañable y valioso, lo unitivo, el misterio del mundo, lo sacro. Romeo y Julieta, el hijo pródigo y su padre, una madre y su hijo recién nacidos, hay algo misterioso y divino en el amor que debe ser custodiado. El amor verdadero es sagrado, un misterio divino y que hoy en Navidad recordamos de modo especial. El mal es la falta del bien, no es sustancia a nivel ontológico, contrario al dualismo gnóstico, y por eso no es creador. El amor divino, conyugal, familiar, comunitario, crea. 

El amor verdadero es sagrado, un misterio divino y que especialmente en la Navidad recordamos. El mal es la falta del bien, no es sustancia a nivel ontológico, contrario al dualismo gnóstico, y por eso no es creador. El amor divino, conyugal, familiar, comunitario, crea. Por eso el hombre moderno es un ser escindido de sí mismo, de la comunidad, de la historia, las raíces, la Tradición...y de Dios en último término. Sin amor es nada y está en la nada nihilista. Por eso hoy los matrimonios fracasan, porque no se sabe amar. El liberalismo con su individuo aislado, el marxismo con su odio de clases, el nacionalismo con su Estado nación divinizado, las tres grandes ideologías modernas, son una falta de amor al final y crearon este frío mundo "sin hogar", este inhóspito mundo oscuro y técnico. Solo recuperando ese amor misterioso, divino, sagrado, podemos contribuir a restaurar la metafísica cristiana que unía en un mundo armonioso, gótico, las distintas realidades que el hombre moderno prometeico a imitación de Lucifer, destruyó.

La comunidad orgánica vivificada por la fe, el Estado y la polis unidas por el amor patrio y los vínculos orgánicos, las raíces, la Tradición, el hombre en sus comunidades naturales, todo unificado por la fe y una metafísica cristiana, eso es una metafísica del amor cristiano. Más aún, el amor de Cristo como savia espiritual del orden social, no solo cohesiona y fortalece la comunidad, sino que demuestra como Dios usa a los pequeños para manifestarse, es en el misterio de la pequeñez como Dios opera, ya lo dice la parábola del grano de mostaza. Por eso Cristo llamó a los niños, Dios se manifiesta mediante el misterio de la niñez, son la inocencia y la ternura, vida, alegría, belleza, hacen del mundo algo amable y creativo.

El "Ensayo histórico" de Mario Góngora

Habiendo releído uno de mis libros preferidos y que más me ha marcado, el "Ensayo histórico sobre la noción de Estado en Chile" del gran Mario Góngora, dejo algunas notas. Es un libro profundísimo que en pocas páginas traza una completa filosofía de la historia chilena, incluso abierta a una teología política. Es sin dudas, el mejor y más completo y profundo ensayo interpretativo de la historia de Chile, una "historiosofía", sabiduría filosófica en la historia. Góngora fue un genio, nuestro más grande genio y erudito en las Humanidades, integrando una cantidad descomunal de conocimientos y autores en una breve y profunda síntesis. Góngora habla del Estado tradicional, la ruptura y desintegración de la Tradición, el concepto orgánico de sociedad, Chile como "tierra de guerra", y como el Estado ha formado a la nación, a lo largo de los siglos republicanos. Es una profunda y radical crítica desde el "conservadurismo" en sentido amplio a la política neoliberal de Pinochet, acusando nada menos al gobierno militar de destructor de las bases de la nacionalidad, y de su odiosa tiranía técnico-financiera neoliberal. A la vez que una defensa del concepto Portaliano de Estado fuerte, Estado en forma, un Estado que integra al pueblo en los destinos de la Patria, con justicia social, orden, autoridad y sacralidad, eso es el Estado tradicional, organicista y corporativo. 

Toda esa filosofía de la historia, Góngora la analiza desde la historia concreta de Chile y no desde una atalaya o abstracción filosófica sin contacto con la historia real. Por eso es genio, nuestro mayor pensador y la viga maestra para todo auténtico "conservadurismo" no liberal. Es un admirador y defensor del pasado Hispano-Indiano sin caer en la idealización hispanista, un nostálgico del viejo orden sacral derrumbado en la modernidad, es fuego de la Tradición y no cenizas estériles; Góngora es y fue un social cristiano de la generación de 1938, movimiento con el cual me identifico absolutamente, soñando con la Nueva Cristiandad, la nueva Edad Media de Berdiayev, sintetizando la Revolución conservadora alemana, el Renacimiento católico francés, el romanticismo político alemán, la contrarrevolución francesa, la Hispanidad, etc.

El espíritu corporativo de los gremios medievales

 El espíritu de los gremios medievales, contrario a la nefasta leyenda negra liberal, no era "monopolismo"(salvo su etapa decadente en el siglo XVI) sino hermandad cristiana, el "todos para uno y uno para todos".  Tradicionalismo fundamental, solidarismo cristiano y comunidad. Los gremios, corporaciones, guildas, estamentos, etc., en una sociedad de medios mucho más precaria que la nuestra; pero una sociedad llena de alma, de Fe, de tierra y ancestros, una sociedad a escala humana; hicieron un enormísimo trabajo de justicia social y dignidad cristiana. No faltaron los problemas y abusos que en toda obra humana existen pero había algo absolutamente verdadero, la comunidad orgánica regulando el trabajo y armonizando el "capital" por llamarlo de alguna manera, evitando la competencia nefasta y el individualismo económico.

El espíritu cristiano de apoyo mutuo, en todo orden de cosas, desde la dote para el matrimonio hasta lo que hoy serían seguros por accidentes laborales, protección de todo tipo, etc. Eso es obra de la Fe y un testimonio inmortal de la Cristiandad, cristianizando la economía. Todo liberal se reconoce por el espíritu de la Ley Chapelier, de la Revolución Francesa, prohibiendo la organización corporativa del trabajo y la economía, y defendiendo un abstracto "libre mercado". Nada más lejos del espíritu católico medieval.

Por eso existe y ha existido un concepto cristiano de economía, el corporativismo, pero hoy, en la sociedad capitalista y de masas que vivimos, debe ser impuesto o al menos promovido por el Estado si quiere tener eficacia, no es posible la auto-organización como en el siglo XII. Es OIKONOMIA, economía de la casa, del hogar, de la tierra, no de las finanzas vagabundas y la especulación usurera, satánica, que controla la "economía libre", sino economía para el buen uso y administración de la casa entendida como hogar.

Notas contra el integrismo clerical y el romanticismo

El integrismo clericalista es una deformación moderna del tradicionalismo auténtico, porque tomando aspectos buenos de la Tradición católica, los exagera al hacerlos ideología, es escolasticismo sin alma. Tradicionalismo auténtico es Tolkien o Góngora, lleno de alma y piedad. El "Partido Integrista" de España a fines del siglo XIX para peor todavía, era económicamente liberal(!!!), un escándalo grotesco de más fanático catolicismo inquisitorial por un lado y la más nauseabunda explotación capitalista que defendían. Eso es fariseísmo puro. De la admiración romántica ante el mundo, el misterio, el silencio, la naturaleza, lo medieval, el tradicionalismo debe aprender, hay mucho de valioso y rico allí y no todo es herético o "liberal". El romanticismo fue una herejía de la modernidad que se acercó sinceramente a la Tradición aunque con errores. El integrismo olvida el amar, no la tontera de dioses débiles del "amor es amor", sino el agape, el amor cristiano que Cristo tan bien mostró en el Evangelio de San Juan especialmente, olvida el misterio del amor y lo destruye bajo tiranía de conceptos rígidos sin vida ni alma.

Tolkien es tan genial, ayer que se recordó un año más de su nacimiento, porque no fue integrista, fue un poeta, un peregrino, un trovador del Reino sagrado, que contaba las epopeyas eternas de la Europa de la Tradición, lo eterno y perenne. Fui integrista hace unos años atrás y se de lo que hablo, es un camino a la amargura, al fariseísmo, a la soberbia más destructiva de la fe. Ese camino es estéril porque no ama, es una fe fría, conceptual, deformada, en último término, TÉCNICA. Hay un "tradicionalismo fundamental" por así llamarlo que no es el clerical o integrista, es católico, sí, pero no clericalista y como Tolkien, no rechaza todo el pasado antiguo y precristiano, es armonía de Logos y Mythos, el romanticismo tiene aspectos de ese tradicionalismo. El silencio de las catedrales y monasterios, el canto de las aves en el bosque, la soledad de las montañas y prados, el misterio en las ruinas sagradas, la poesía épica ancestral, todo eso es auténtico tradicionalismo, al final, un canto de armonía entre el hombre y Dios.

Notas sobre la Revolución conservadora alemana

He leído un brillante e interesantísimo libro sobre un movimiento polémico, no muy conocido aún, y bastante heterogéneo llamado "la Revolución conservadora alemana", "The conservative revolution in Germany 1918-1932" de Armin Mohler.  Aquí hay un mapa completo de una apasionante trama cultural, literaria, política, musical, en la Alemania de finales del siglo XIX y primera mitad del siglo XX. Hay muchísimo material valioso que deberíamos aprovechar en estos autores, también hay errores y problemas, sobre todo el vitalismo nietzscheano que tanto marcó a esta generación. 

Pero hay mucho acá de un "tradicionalismo fundamental" o "tradicionalismo primordial", mucho más valioso que el clericalismo integrista, tan pobre y hasta superficial. La tierra natal, los ancestros, las tumbas, la admiración romántica ante el mundo, el medievalismo, un profundo anti-capitalismo "de derecha"(socialismo sin los socialistas, decía Ernst Jünger), el corporativismo organicista, el Estado orgánico, la nostalgia por el Sacro Imperio eterno, incluso una notable Rusofilia(ex Oriente Lux), todo eso caracteriza a la Revolución conservadora alemana.  

Había que arrasar siglos de modernidad liberal ilustrada y volver al mundo de la Tradición. Su relación con el nazismo fue complicada, habían simpatizantes que luego se desengañaron ante tan grande corrupción de ideales espirituales y metafísicos propios del pensamiento alemán, muchos terminaron en la resistencia anti-nazi o derechamente presos o muertos.  Autores como Thomas Mann, Oswald Spengler, Ernst Jünger, Stefan George, Hugo von Hoffmanstahl, Othmar Spann, son algunos de los grandes representantes de esta corriente hoy proscrita por la tiranía del liberalismo angloamericano global. Pero es una gran fuente de referencia para futuros desarrollos en torno a las ideas de la Tradición, al mundo de la Tradición.

"Civilización de masas y esperanza" de Mario Góngora

"Civilización de masas y esperanza" de Mario Góngora, es una de mis lecturas preferidas de todos los tiempos, un libro profundísimo, breve pero muy sustancioso y lleno de reflexiones muy valiosas en cada página, en cada párrafo. No es común encontrar un libro así. Solo lamento una cosa, que Góngora haya muerto prematuramente en un accidente y no haya dejado otra obra más extensa desarrollando más estas ideas. Creo que es la clave absoluta para un pensamiento tradicionalista fundamental en Chile e Hispanoamérica. Si algún día escribo un libro(me encantaría) pues me basaré totalmente en este conjunto de ensayos, ampliando y desarrollando estas ideas. Góngora recibió mucha influencia del romanticismo alemán y la revolución conservadora alemana(Müller, Novalis, Heidegger, Spengler, Jünger), el renacimiento católico francés(Bernanos, Bloy, Maritain), el corporativismo católico, incluso leyó y admiró a los pensadores rusos clásicos como Berdiayev, Dostoyevski, Solzhenitsyn y Leontiev. 

Es una profundísima reflexión sobre la civilización de masas contemporánea, sobre el ser existencial de Hispanoamérica, la técnica moderna, el problema del liberalismo y el capitalismo liberal, la escatología, el milenarismo, la historia y la filosofía de la historia, etc. Muy recomendado. Siempre recomendaré a Góngora como nuestro gran pensador y estudioso de la auténtica cultura hispanoamericana, en el contexto de la polémica y pugna contra la modernidad anglosajona, la civilización técnica moderna, en defensa de la auténtica libertad espiritual del ser humano, que no es la libertad falsa del liberalismo!

Notas sobre "El Estado en el Derecho Indiano" de Mario Góngora

En el libro "El Estado en el Derecho Indiano" de Mario Góngora se resume de modo magistral y precisa, la concepción jurídico-política clásica del Derecho Hispano, síntesis perfectísima de Filosofía griega, Derecho romano y Cristianismo. Es la concepción orgánica, espiritual, comunitaria, del Estado, tan alejado de la nefasta concepción contractualista y liberal del Estado moderno, una suma de individuos aislados sometidos al Leviatán que cuida de sus bienes y derechos individuales, sin nada más que los una que una fuerza mecánica. La filosofía política de Aristóteles y su idea de bien común de la polis, el influjo del Cristianismo y la idea de ley natural, la filosofía de Santo Tomás, cristianizador de Aristóteles y los griegos; el Derecho romano y canónico como garantes de un orden de lo justo concreto, del Ius como Derecho natural. Todo eso, más la costumbre y el elemento foral, profundamente comunitario y salido de las entrañas del pueblo, de lo telúrico en su historia, es la Hispanidad y los fundamentos metafísicos y espirituales Derecho que nos rigió durante siglos. 

Las Siete Partidas son un monumento del Derecho público y privado cristiano, un monumento universal de lo más logrado en la concepción orgánica del Estado y del Derecho, sintetizando todos estos elementos de modo armonioso, una obra gótica y profundamente cristiana. Es "Historia espiritual" (Geistegeschitliche) en el sentido de Dilthey, reconstruir una noción y su contenido espiritual y metafísico, en la historia de las ideas, no una historia de meros hechos sino como una pintura que retrata de modo vivo, una época y su ambiente espiritual. Un completo estudio sobre nuestras raíces jurídico políticas indianas, tuvimos un concepto de Estado sustentado en la tradición española, la fe católica y el organicismo medieval. Esa es nuestra verdadera tradición e identidad, no el liberalismo decimonónico importado de Francia, Inglaterra y luego Estados Unidos.

Notas contra las "Cinco rupturas" de Elías de Tejada

Estudiando el Dominium en la neoescolástica española he descubierto problemas grandísimos por influencia del nominalismo y voluntarismo prec...