domingo, 15 de septiembre de 2024

"El coro mágico" de Solomon Volkov

Leyendo "El coro mágico" de Solomon Volkov me reafirmo en que la cultura rusa es una de las dos o tres más apasionantes del mundo, las demás son la cultura hispánica y la cultura medieval. No hay nada igual a la cultura rusa. El genio ruso. El alma rusa. Una mezcla de belleza y lirismo con misticismo, un sentido de lo trágico muy acentuado, un anhelo de redención y mesianismo inaudito, temas cristianos en su origen pero leídos desde el Oriente culturalmente bizantino, todo eso y mucho más caracteriza la gran cultura rusa. La cultura rusa es como una trágica obra maestra de un genio creador que reflexiona vivamente del destino humano y la redención, sea en Cristo o en el campesinado o en la Revolución. Una cultura apocalíptica que busca las dimensiones últimas de la existencia, el Eschaton. Tras vivir alejada del centro cultural occidental por siglos y tener escaso desarrollo escrito y centrarse en la Iconografía religiosa y la mística hasta el siglo XVII, occidentalizarse de modo superficial con Pedro el Grande y renacer en la Eslavofilia en el siglo XIX, estalla.

El siglo XIX y comienzos del siglo XX son una época de creación cultural rusa muy intensa, que será interrumpida por 1917, alterando la cultura nacional rusa por las vanguardias revolucionarias que no obstante, fueron una versión bolchevique del ethos ruso esencialmente mesiánico. Una extensa cantidad de genios en la música, pintura, teatro, cine, arquitectura, filosofía, teología, poesía, y como no, sobre todo la literatura, estalla en el siglo XIX. De Dostoyevski a Diaghilev, de Rimsky Korsakov a Eisenstein, de Repin a Prokofiev, de Esenin a Pasternak...Por no mencionar a Ilya Glazunov y sus monumentales pinturas, o el inmortal Solzhenitsyn, voz de la Rusia eterna ante el horror comunista. Siempre es la misma Idea Rusa. El sentido mesiánico ruso y su pasión apocalíptica le dan ese toque tan distinto a la cultura occidental. Y las relaciones con el poder político siempre fueron conflictivas con la cultura, un literato podía tener más poder que el zar incluso, lo mismo sucederá en la Unión Soviética. Hay tendencias tradicionalistas claramente en la cultura rusa como también tendencias liberales. Pero el liberalismo se aviene poco con la mentalidad de los rusos, tendiente al absoluto y al mesianismo. En cambio, algo como el marxismo claramente encontró en el alma rusa terreno fértil, sin embargo la corrompió y degeneró. A su vez el comunismo ruso no es lo mismo que el occidental, es la secularización invertida del alma rusa que busca la redención en el proletariado y la Revolución, en lugar de Cristo. El comunismo occidental es Trotsky, la Ilustración burguesa, el comunismo ruso, es una religión invertida. No por nada un autor como Gorky, marxista hasta la médula pero profundamente ruso, se entendió tan bien con Stalin, a diferencia de otros marxistas de la intelligentsia que eran occidentalistas. El elemento populista de la cultura rusa, de Tolstoy a Gorky, es enorme. Y este elemento populista se aviene con una religión invertida como el comunismo ruso, que llega a los peores horrores en nombre de la edificación de la Tercera Roma Comunista, una perversión del ideal cristiano ortodoxo. Trotsky y sus ideas apátridas no tenían ningún lugar aquí.

Los liberales en la cultura rusa siempre serán una minoría burguesa en lucha contra el pueblo, sea este encarnado en la Idea Rusa monárquica-ortodoxa o en su versión comunista soviética. Nunca habrá una Rusia liberal occidental, pero no faltan occidentalizadores en Rusia.

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