Hay un abismo entre conservadores y tradicionalistas. Al menos el conservadurismo mainstream(hay otros), es conservador no de la Tradición, sino del mundo moderno, del nacido en Westfalia, a lo más es humanista cristiano, pero jamás cuestiona esos fundamentos del mundo moderno. Nosotros los tradicionalistas cuestionamos de raíz toda la modernidad jurídica, política, social, económica, cultural, religiosa, etc., o al menos intentamos hacerlo. Y por eso apoyamos en la actualidad todo aquello que más vaya en contra del orden unipolar, liberal y anglosajón
El conservador mainstream, está totalmente contaminado de liberalismo, un liberalismo decimonónico, tranquilamente burgués y con no poca base cristiana aún, a diferencia del liberalismo progresista contemporáneo; pero no por ello menos liberal. Nosotros queremos a fin de cuentas, la Nueva Cristiandad, la Nueva Edad Media de Berdyayev y la generación de 1930, somos radicales y buscamos que Cristo reine, el Sacro Imperio; ellos quieren simplemente "rescatar lo que queda". Es una política sin ambiciones metafísicas, solo burguesía católica a lo más.
El conservadurismo liberal chileno, se queda en Andrés Bello, en Montt, en la República "bien ordenada", a veces en Pinochet y en el resto del mundo en figuras equivalentes, como la Monarquía de julio en Francia o la Monarquía isabelina y Canovas en España. Nosotros no, somos radicales y no lo escondemos, radicales, de radice, vamos a la raíz del problema y buscamos cuestionar los principios metafísicos de la modernidad(o su falta de metafísica), y buscar otro camino, el de la Tradición, no las cenizas sino el fuego.
Nos molesta profundamente el Occidente moderno, el nacido del humanismo y el Renacimiento, el del capitalismo, el de la burguesía, el del liberalismo, la Ilustración, secularización, el del contractualismo, y hoy manifestado en el orden mundial anglosajón. Claro que "woke" ya. El único conservador aliado del tradicionalismo es el conservador iliberal, una suerte de vía media entre conservadurismo y tradicionalismo, rara avis en Chile, pero que puede ser un camino. Orban, Putin, Trump, AfD, cada uno es a su modo, un ejemplo de esta vía iliberal. No son tradicionalistas porque no cuestionan de raíz el mundo moderno sino sus peores degeneraciones contemporáneas pero tampoco defienden el liberalismo "ordenado" decimonónico, sino que justamente, buscan superarlo. Pero en Chile son muy escasos.
La revolución conservadora alemana, en realidad era tradicionalismo integral, de hecho, Hugo Von Hofmanstahl declaró que la tarea del movimiento era deshacer, así, sin más, 5 o 6 siglos de historia y arrasar la modernidad.
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