Leyendo a Mario Góngora y estudios sobre su obra y figura, me queda clarísimo que hay un desafío pendiente aunque se han hecho aportes notables como los de Hugo Herrera en ese sentido: básicamente la recuperación y actualización del pensamiento católico antiliberal de la generación de 1930, para una verdadera derecha social católica, de la Tradición y no del capital, la burguesía y la modernidad como es casi toda la derecha chilena.
El pensamiento de Mario Góngora es especialmente útil por lo dúctil que es y sus conexiones y síntesis con corrientes como la Revolución Conservadora Alemana, el tradicionalismo católico y el renacimiento católico francés, la filosofía aristotélico-tomista, y no menos el Romanticismo alemán. Góngora manejaba todas esas corrientes y las integró en sus profundas reflexiones. Puede aquí entrar perfectamente el conservadurismo ruso eslavófilo, especialmente relevante hoy, como oposición real al Imperio liberal capitalista angloamericano.
No me cabe dudas que Góngora al menos sentiría cierto interés por Dugin, porque comparten raíces comunes, como la Revolución conservadora alemana y el Tradicionalismo integral de Guenon, que Góngora leyó. Y una Rusia auténtica, tradicional, es algo muy en la línea de Góngora. Básicamente en Chile este pensamiento quedó en un hiato, en suspenso tras la muerte de Mario Góngora. No puede ser un "tradicionalismo estrecho", rígido, estricto, a rajatabla, esencialista por ningún motivo. Debe ser un "tradicionalismo existencialista" más que esencialista. No restaurar un pasado que ya no volverá, sino proyectar el "Nosotros" colectivo y comunitario, hacia el futuro, una política de la tierra y las raíces, frente al cosmopolitismo del gran capital.
Para eso es imprescindible la tradición Portaliana conservadora chilena pero además un profundo sentido de justicia social. Quizás lo mejor sea llamar a este pensamiento "Revolución Conservadora", muy lejos de todo espíritu reaccionario, petrificado en el pasado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario