domingo, 15 de septiembre de 2024

Notas sobre Heidegger

  Heidegger es probablemente el filósofo más brillante y extraordinario del siglo XX. Su filosofía es una crítica muy profunda y radical a la modernidad, incluyendo al capitalismo liberal como economía política de la era técnica. Es millones de veces más profundo que Marx. Pero tiene grandes peligros. 

Como católico y defensor de la concepción aristotélica-tomista e hispánica, no puedo aceptarlo plenamente sino con importantes matices y reparos. Añado algunos puntos. 

Su crítica a la racionalidad técnica es quizás la más brillante y profunda jamás realizada, Heidegger destruyó a Descartes y Kant, pero al mismo tiempo critica como antecedente de esa racionalidad cientificista a la metafísica clásica y cristiana, platónica, socrática, aristotélica. Es muy pre-socrático y eso es inaceptable porque después de la Revelación y la Encarnación de Cristo, el Logos, es insostenible pensar como hacer Heidegger, fuera del Logos identificado con el Ser, el Theos o el "primer motor inmóvil". Necesariamente el Ser es el Logos. La metafísica de la ausencia o la ontología fundamental de Heidegger ;en que el ser puede ser apertura a la nada, no al modo postmoderno sino al modo presocrático, la verdad como "desvelamiento" y no como adecuación entre el la cosa y la mente; sólo sería posible si no hubiera habido Revelación cristiana. Heidegger no lo considero anticristiano sino a-cristiano, piensa por fuera del Cristianismo, que supone necesariamente el giro platónico-socrático que Heidegger rechaza. En eso Heidegger y su discípulo ruso, Dugin, son inaceptables. Por eso Dugin habla de "metafísica del caos" para hablar de una idea peligrosa en la cual propone salirse del marco mental del Logos, y acercarse al "caos".

Pero Heidegger es extraordinario, lo sigo a la letra, cuando ataca la "era técnica", el Gestell, la americanización "idiota", el nihilismo europeo, la mundialización planetaria, el liberalismo y su episteme tecno-científica, el Progreso, etc. Todo eso Dugin lo sigue y muy bien, con ese espíritu ruso misterioso y mesiánico. Me sorprende como los postmodernos como Derrida, pretenden decir que se basan en Heidegger y llegan a consecuencias opuestas a las que Heidegger hubiera querido, a la radicalización del nihilismo a niveles apocalípticos. Parece que solo Dugin desarrolla bien las consecuencias políticas y sociales del pensamiento de Heidegger, no conozco otro autor que haya hecho una tarea como la de Dugin, desarrollar las consecuencias políticas del pensamiento de Heidegger.  Eso es la cuarta teoría política, más allá del liberalismo, el marxismo y el fascismo, las tres grandes teorías políticas de la modernidad. 

Y quizás el punto más brillante de Heidegger es su insistencia en lo telúrico, la tierra, el hogar histórico-cultural, el arraigo en un lugar y tiempo determinado (dasein), por el cual la existencia se vuelve auténtica y dotada de sentido. El ser-ahí como clave existencial del hogar, es un tema precioso, con toda su carga romántica al final,  opuesto a la nada nihilista de la era técnica y peor aún, postmoderna. Es el camino para desarrollar un ethos histórico-cultural propio y ajeno a la mundialización, eso es la gran enseñanza de Mario Góngora en Chile y en Rusia, de Dugin. 

Heidegger permite entender un dasein existencial y político a lo hispano, como una particular cultura y ethos histórico, una peculiar mirada sobre el mundo que desde esta tierra se ha generado, nuestra historia indiana-castellana es eso. Por eso creo que el tradicionalismo hispano haría mucho bien en entender mejor a Heidegger en lugar de condenarlo sin más.

Post scriptum. Hay una forma en que Heidegger puede ser compatible quizás con el cristianismo, pero es el cristianismo oriental, no el latino. A través de la teología apofática de Dionisio el Aeropagita. Esto implica la vía negativa y mística para no decir nada de Dios, y en el silencio místico de Dios, como negación total de lo visible, abrirse al dasein. Lo que no es posible en la teología catafática católica, en principio.

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